miércoles, 2 de marzo de 2011
Para grandes canciones, nadie como Noel Schajris
SU MÚSICA LO LLEVÓ A TENER UN 2010 LLENO DE ÉXITOS... EL 2011 SE VISLUMBRA AÚN MEJOR: NOEL SCHAJRIS REFRESCA Y DA NUEVA VIDA A "QUIÉN COMO TÚ" PRIMER SENCILLO DE SU PRÓXIMO ÁLBUM TITULADO "GRANDES CANCIONES" EL CUAL SALDRÁ A LA VENTA EN MAYO. "QUIÉN COMO TÚ" SE ESTRENA A NIVEL NACIONAL HOY
MIÉRCOLES 2 DE MARZO, UN TEMA DE LA AUTORÍA DE ANA GABRIEL, QUE CON CREATIVOS ARREGLOS Y LA INTERPRETACIÓN DE NOEL, COBRA UN BRILLO DISTINTO.
Después de ofrecer un emotivo concierto el pasado sábado 26 de febrero en el cierre del Festival Viña del Mar, donde se hizo acreedor a los reconocimientos de Gaviota de Plata y Oro por su destacada actuación, además de ser jurado de la contienda durante todo el evento, Noel Schajris regresa a nuestro país para continuar con un gran proyecto.
Tras un año de éxitos con su álbum solista "UNO NO ES UNO", con el cual alcanzó Disco de Oro en México y Platino en Venezuela, así como de recorrer prácticamente toda Latinoamérica ofreciendo shows por ubicarse en los primeros lugares de la radio, Schajris decide crear un disco de propuesta, un álbum definitivamente creativo por lo original de sus arreglos, de sus tiempos, de sus sonidos y hasta sus silencios.
"Grandes canciones" es su título adecuado por lo que representa: Un cúmulo de estupendos temas que en la voz y ejecución al piano de Noel, acompañado por una orquesta multicultural, cobran nueva vida y actualidad. Sin duda, podremos apreciar a Schajris compenetrado con cada verso, con cada nota que ha hecho propia, llevando todos estos temas a su propio terreno y marcándolos con su personalidad.
Muchas de estas canciones nos han tocado el corazón en algún momento de nuestras vidas; sin embargo, también muchas de ellas han quedado en el olvido... Con Noel se vuelven vigentes, pues ha tenido la capacidad de transformarlas sin restarles su esencia.
Poco a poco iremos descubriendo este disco que fue grabado en vivo, como se hacía antes, con todos los músicos tocando a la vez para plasmar la emoción del momento y la energía del equipo; en él participaron importantes figuras como Tony Levin (bajo), Lee Levin (batería) y Dan Warner (guitarra), bajo la producción de Sebastian Krys y la coproducción del mismo Noel Schajris, quien además está a cargo del piano y la voz.
Temas como “Bachata rosa”, “Tu cárcel”, “Lamento boliviano”, “Mi historia entre tus dedos” y “La incondicional”, por mencionar algunos, se han incluido en este álbum que sin duda será una de las grandes sorpresas del 2011 y también la continuación de un sólido camino para Noel Schajris, el artista que seguro de sí mismo y conociendo sus alcances es capaz de arriesgarse y reinventar “Grandes canciones”.
Para más información favor de visitar:
www.twitter.com/noelschajris
www.facebook.com/noelschajris
www.youtube.com/noelschajris
Fuente: Sony Music México
martes, 1 de marzo de 2011
Joaquin Sabina hace maletas
CON SU ESPECTÁCULO Y MÁS RECIENTE ÁLBUM “VINAGRE Y ROSAS”, HA RECORRIDO TODA IBEROAMÉRICA; EL RETUMBAR DE LOS APLAUSOS SE ESCUCHÓ TAN LEJOS, QUE AHORA JOAQUÍN SABINA HACE MALETAS PARA INICIAR SU PRIMER GIRA POR ESTADOS UNIDOS.
Tras más de un año de gira por toda España y Latinoamérica, el poeta y cantante español Joaquín Sabina sigue recibiendo aplausos por su más reciente trabajo “Vinagre y Rosas”, mismo nombre con el que ha titulado a su espectáculo y con el cual llegará en mayo próximo, por primera vez en sus más de 30 años de trayectoria, a los escenarios de Estados Unidos.
“Vinagre y Rosas” es un álbum especial no sólo por la valía de su contenido, sino también por ser el vigésimo en la carrera de este artista, confirmando la sentencia de que la experiencia hace al maestro. Así es que muy atentos estadounidenses, porque muy pronto podrán apreciar en vivo una cátedra de Don Joaquín Sabina.
Los conciertos confirmados para el mes de mayo son:
25 - Nueva York.
27 – Miami.
29 - Los Ángeles.
LAS CANCIONES DE “VINAGRE Y ROSAS”:
El álbum comienza por derecho con Tiramisú de limón (“Hice un solo desafinado con las cenizas del amor, las verbenas del pasado gangrenan el corazón”). Es el primer single y una de las dos canciones del nuevo tándem Sabina-Pereza que aparecen en el disco. Un tema rotundo, con letra de Joaquín Sabina y Benjamín Prado y música de Leiva de Pereza. Leiva y Rubén (es decir, Pereza) asumen la producción y lo tocan casi todo: batería, bajo, guitarras… También hacen los coros, junto a Guti, Joan Manuel Serrat, Antonio García de Diego y Pancho Varona.
Tiramisú de limón comienza acústico con cierto aire porteño a cargo del acordeón de César Pop para transformarse en uno de esos enérgicos rock en medio tiempo que Sabina siempre borda. Con un estribillo definitivo y un desarrollo clásico de libro, es una canción que une las chulerías de Sabina y Pereza, con vocación de convertirse una vértebra más de la columna imprescindible que sostiene su obra y pone la base agridulce que recorre todo el álbum.
Para continuar dejando las cosas claras, una autobiografía a calzón quitado: Viudita de Clicquot (“A los quince los cuerdos de atar me cortaron las alas, a los veinte escapé por las malas del pie del altar, a los treinta fui de armas tomar sin chaleco antibalas, Londres fue Montparnassse sin gabachos, Atocha con mar”). Con el equipo habitual a su lado (Antonio G. de Diego, Pancho Varona y José A. Romero), como en la mayoría del álbum, es un baladón rockero con ese aroma blues que también aparece en otras canciones. Puro Sabina en otra demostración de maestría en la construcción de una canción, esta vez quitándose hasta el taparrabos.
Para elevar la nostalgia llega Cristales de Bohemia (“Vine a Praga a fundar una ciudad una noche a las diez de la mañana, subiendo a Malá Strana, quemando tu bandera en la frontera de la soledad”). Con un acompañamiento sencillo, mínimo y ajustado, es una emotiva evocación a Praga, una canción melancólica que da paso a Parte metereológico (“Besarte es desatar un huracán, que suba en el termómetro el mercurio, algunas nieves dan calor cuando se van fundiendo entre el desierto y el diluvio”). Rock suave de carretera, ritmo a lo J.J. Cale (para entendernos) y un estupendo y fino trabajo de Antonio G. de Diego a las guitarras marcan una de las canciones más rítmicamente alegres y vistosas del disco.
Después, y a ritmo de vals íntimo, suena Ay! Carmela (“Y no sé de qué modo dejar de adorarte sin duelo entre nunca y quién sabe. Cuando quemes tus naves no me pierdas las llaves del cielo”) con letra cien por cien Joaquín, dedicada a su hija y una de las canciones más emocionadas de un álbum absolutamente emocionado. Sigue Virgen de la Amargura (“Virgen de la Amargura, devuélveme la vida, sin ti todo es usura y noches perdidas, facturas, calenturas, heridas sin sutura; caídas, conjeturas, sacudidas, cerraduras… despedidas de locura y callejón”), una de las canciones más originales del disco, abierta, imprevisible, que comienza acústica con aire a folk-rock de los 60-70 y acaba por los Beatles.
Agua pasada (“Las canciones de amor que no quisiste andan rondando ya por las aceras, las tocan las orquestas de los tristes pa’ que baile don nadie con cualquiera”) tiene dentro blues, tango, fado, copla y otras músicas de sentimiento para un Sabina vertical, hondo, intenso, íntimo. Siguiendo en la onda, llega Vinagre y rosas (“Cuando el flautista de Hamelín sacó un ratón de su bombín, Polichinela se fugó con Arlequín. Hay mariposas de arrabal que nunca aprenden a volar, vinagre y rosas a la hora de cenar”), un hallazgo en la mezcla de ranchera y blues, absolutamente original y magníficamente conseguida. Una canción que Sabina canta más chulo que un chotis para colocarla en la vitrina junto a sus grandes emblemas. Otra joya.
Embustera (“Contigo he comprendido que la humedad es algo que se seca y se olvida. Gracias a ti he sabido que la verdad es sólo un cabo suelto de la mentira”) retoma el rock porque ahí está Pereza en su segunda colaboración del álbum. Con música de Rubén Pozo y Pereza a las guitarras, bajo y batería, tiene un aire a lo George Harrison pasado por los Rolling Stones que la convierte en otra de las canciones enérgicas de un álbum por lo general calmado. Nombres impropios (“Ya ves, llegar a fin de mes no era con ella asunto de dinero. Se trataba más bien de merecer un tren de pasajeros, el tsunami de un mar hecho mujer, dispuesto en cada ola a renacer. Se llamaba Herejía, cómo voy a saber si me engañaba cuando me mentía”) contribuye a esa calma a tiempo de swing con aroma de jazz añejo, con un desarrollo sofisticado donde se ve la mano sabia de Antonio G. de Diego y Pancho Varona, autores de la música como en la mayoría de las canciones del disco.
Menos dos alas (“González era un ángel menos dos alas, González era un santo por lo civil, un dandy con un ojo a la funerala, tan rojo, tan Oviedo y tan zascandil”) va por rumba para rendir homenaje al poeta Ángel González (Oviedo, 1922-Madrid, 2008), mientras Crisis (“Crisis en el cielo, crisis en el suelo, crisis en la catedral. Crisis en la cama, cada sueño un drama, un euro es un dineral. Crisis en la luna, la diosa fortuna debe un año de alquiler. Crisis con ladillas, manchas amarillas, pánico del día después. Crisis en la moda, firma y no me jodas, esta no es nuestra canción”) cambia a rock duro para situarnos en el hoy y ahora.
Y en la recta final del álbum llega Blues del alambique (“Me busqué, te perdí, derrapé, malviví, todo es tan extraño. Conspiré contra el sol, enviudé de farol, cómo pasan los años”) con música de Álvaro Martínez Maluquer, un especialista en blues que sostiene con su guitarra la intimidad de una canción que precede al bonus track que cierra del disco: Violetas para Violeta (“Los pobres no somos ricos ni el cobre es más que la greda, la libertad cierra el pico desde que hay toque de queda, pregúntale a los milicos qué hicieron en La Moneda”).
En el libro Con buena letra, que recoge la letra de todas sus canciones, Sabina escribe: “Imitando sin conseguirlo a la inimitable Violeta Parra”. Con música de la gran cantautora chilena que Sabina convierte en un blues-rock intenso y emocionante, es el cierre de un álbum mayúsculo, variado, insurrecto, duro en el contenido, muy poco benévolo con nada ni con nadie, empezando por el propio autor. Apasionado y apasionante. Decir que Joaquín vuelve a ejercer magisterio en las letras puede ser redundante y mejor leer el texto que sigue de Luis García Montero. El hecho es que Vinagre y rosas ya está aquí para situarse entre los mejores discos de una obra capital en la música española. La que desde hace tres décadas nos viene ofreciendo Joaquín Sabina.
www.jsabina.com
Fuente: Sony Music Mexico
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